ASHANINKA
Familia Lingüística: Arahuaca
Autodenominación: Asháninka, Ashéninka

 


UBICACIÓN GEOGRÁFICA:

DEPARTAMENTO PROVINCIA DISTRITO
AYACUCHO HUANTA SIVIA
CUSCO LA CONVENCIÓN ECHARATE
CUSCO LA CONVENCIÓN QUIMBIRI
HUÁNUCO PUERTO INCA PUERTO INCA
HUÁNUCO PUERTO INCA TORNAVISTA
HUÁNUCO PUERTOINCA YUYAPICHIS
JUNÍN CHANCHAMAYO PERENÉ
JUNÍN CHANCHAMAYO PICHANAQUI
JUNÍN SATIPO COVIRIALI
JUNÍN SATIPO LLAYLLA
JUNÍN SATIPO MAZAMARI
JUNÍN SATIPO PANGOA
JUNÍN SATIPO RÍO NEGRO
JUNÍN SATIPO RÍO TAMBO
JUNÍN SATIPO SATIPO
PASCO OXAPAMPA PTO.BERMÚDEZ
UCAYALI ATALAYA RAYMONDI
UCAYALI ATALAYA TAHUANIA
UCAYALI ATALAYA YURUA
UCAYALI CORONEL PORTILLO CALLARIA
UCAYALI CORONEL PORTILLO IPARIA

Ríos: Bajo Apurímac, Ene, Tambo, Satipo, Pichis, Bajo Urubamba, Alto Ucayali, Pachitea y Yurúa, así como en los principales afluentes.

INFORMACIÓN DEMOGRÁFICA:

POBLACIÓN CENSADA

TOTAL      HOMBRES  MUJERES 
52 461 27 710 24 751

Indice de masculinidad : 112,0
Número de comunidades : 306


POBLACION CENSADA POR SEXO Y GRUPOS DE EDAD


Conocidos como kampas en Brasil, se encuentran distribuidos en pequeñas localidades a lo largo de los ríos Breu, Amônia y Arara, afluentes de los ríos Envira y Yurúa, en el Estado de Acre. Su población se estima en 689 personas (CEDI, 1991).

Es muy probable que la presencia asháninka en Brasil se deba a la acción de los patrones caucheros quienes los trasladaron desde el Gran Pajonal. Sin embargo, algunas fuentes refieren la presencia de asháninkas en territorio brasileño desde el siglo XVIII (Costelo Branco 1950:8; Seeger y Vogel, 1978:23).

Cartógrafos y viajeros registran en l857 la existencia de los asháninkas en las cabeceras del Yurúa, desde finales del siglo XVII e inicios del XVIII, en un territorio ampliamente dominado por los grupos panos (Kitaka, 1991:38).

Como señala Varese, ya Osambela en 1896 estimaba la población asháninka en 20 000 individuos, aunque en su cálculo incluía a población indígena de otros grupos; en tanto que Von Hassel, Eberhardt y Nordenskjold estimaban dicha población entre 10 000 y 15 000 personas. Grubb y Fast afirmaban que podían sumar alrededor de 30 000 a 40 000 (Varese, 1973:43).

En las dos últimas décadas, las estimaciones poblacionales para el conjunto de la sociedad asháninka varían desde 25 300 habitantes como límite mínimo (Wise y Ribeiro, 1978) a 45 000 habitantes como máximo según cálculos hechos por Varese (1972), pasando por 28 000 de acuerdo a las estimaciones de Uriarte (1976) y por 37 000 en las apreciaciones de Chirif y Mora (1977).

La información recogida por Mora (1994) a partir del análisis de los datos de los centros poblados censados en 1981, indica un total de 33 279 asháninkas censados en 208 asentamientos.



Foto: ILV

De acuerdo a la información en el censo de 1993, los asháninkas constituyen el grupo indígena más importante de la Amazonia peruana: 52 461 personas que representan 21,89% del total de la población indígena censada. El total poblacional señalado incluye a 229 habitantes caquintes, a 44 436 autodenominados asháninkas -habitantes tradicionales de los ríos Apurímac, Ene, Tambo y Pichis- y a los llamados ashéninca (7796 personas), moradores de las regiones del Alto Perené, Alto Ucayali y Gran Pajonal.

En los registros censales, se estima sin embargo una importante omisión de la población localizada en las cuencas de los ríos Ene y Tambo, cuya área no pudo ser adecuadamente censada por la violencia política imperante en la misma.

Los masivos desplazamientos territoriales y la relocación de cientos de familias asháninkas, como consecuencia de dicho fenómeno, han tenido un impacto importante en la dinámica demográfica de esta sociedad, el que recién está comenzando a ser evaluado.

El promedio de habitantes por comunidad es de 171 personas, existiendo asentamientos con menos de 10 individuos frente a otros que superan largamente a las 600 personas, siendo el más poblado el de 1284 personas censadas.

El índice de masculinidad registrado es de 112,0, observándose un claro predominio de la población masculina en todos los grupos de edad. El 48,0% de la población asháninka tiene menos de 15 años, claro indicador de una población mayoritariamente joven. Los mayores de 64 años representan apenas 1,0% del total censado.



Foto: ILV

La tasa bruta de mortalidad asciende a 31,39 por ciento. Este grupo tiene casos masivos de fallecimientos en el año anterior al censo en algunas comunidades, consecuencia clara del grave impacto de las acciones terroristas sobre la población asháninka. Seis comunidades registraron 30 o más fallecimientos en el período indicado y en otras 33 se consignaron entre 10 y 29 fallecidos durante el mismo lapso.



SÍNTESIS HISTÓRICA:

Llamados en la bibliografía de épocas anteriores como andes, atis, chunchos, chascosos, kampas, cambas, tampas, thampas, komparias, kuruparias y campitis, los asháninkas han sido tradicionalmente más conocidos como campas. Ellos vivían dispersos en un vasto territorio que comprendía los valles de los ríos Apurímac, Ene, Tambo, Perené, Pichis, un sector del Alto Ucayali y la zona interfluvial del Gran Pajonal, organizados en pequeños grupos residenciales compuestos por alrededor de cinco familias nucleares bajo la dirección de un jefe local.

Hasta hace poco fueron considerados como grupos diferentes debido a diferencias dialectales, pero el tipo de intercambio matrimonial y de bienes entre los grupos residenciales de las diversas zonas señaladas nos permite afirmar que se trata de una sola sociedad. El eje del sistema de intercambio que genera la cohesión de dicha sociedad y que contrarresta el efecto centrífugo de la guerra intragrupal, es el intercambio de sal gema, extraída del llamado Cerro de la Sal o de las afloraciones de agua salada, situadas en las cabeceras del río Perené.

Con anterioridad al contacto europeo, los asháninkas mantenían relaciones de intercambio con las poblaciones andinas, hecho atestiguado por las hachas de bronce halladas en el territorio de este grupo. Estas rutas de intercambio continuaron siendo empleadas por los comerciantes de la zona de Tarma tras el contacto europeo, obteniendo así herramientas de metal. A partir de 1635, los asháninkas comenzaron a ser evangelizados por dominicos y franciscanos, siendo estos últimos quienes constituyeron efectivamente la presencia del Estado colonial español en dicho territorio. Los franciscanos fundaron inicialmente una misión para los campas y amueshas cerca del actual pueblo de La Merced, trazándose por objetivo el control del Cerro de la Sal para así tener bajo su dominio el intercambio de bienes entre las étnias de la Selva Central y ejercer su poder sobre éstas. Hacia 1640, los franciscanos tenían siete centros en dicha zona. Sin embargo, fueron destruidos por una rebelión provocada en gran medida por la llegada de mineros españoles a la zona. En 1671, los franciscanos restablecieron las misiones cerca del Cerro de la Sal y fundaron otras a lo largo del río Perené. Sin embargo, en 1674, se produjo un levantamiento dirigido por Fernando Torote, jefe asháninka instigado al parecer por los piros, quienes temían la interferencia de los franciscanos en el intercambio de sal entre ellos y los asháninkas.


Foto: ILV

En 1709, un nuevo intento de evangelización, dirigido por el Padre Francisco de San Joseph logró avances sustantivos que llevaron a que en 1739 se tuvieran cerca de 38 misiones que agrupaban a 8 500 nativos, incluyendo la zona recientemente descubierta del Gran Pajonal. Sin embargo, las epidemias que asolaron los pueblos reducción, así como la rebelión de Juan Santos Atahualpa, conllevaron en esta época el término de la actividad misional, cerrándose la región a colonos y misioneros por cerca de cien años.

Fue sólo en 1869 que la resistencia armada de los asháninkas se vio quebrada en el valle de Chanchamayo y se fundó en ese año la ciudad de La Merced no lejos del emplazamiento de la antigua misión franciscana de Quillazú. Las hostilidades continuaron hasta el establecimiento en 1889 de la Peruvian Corporation, empresa de capitales ingleses a la que se le concedieron 500 000 hectáreas en las márgenes de los ríos Perené y Ene en el territorio asháninka. Con esta concesión se inició en la Selva Central la penetración colonizadora que continúa hasta nuestros días.

En los valles adyacentes al Perené, con el inicio del "boom" del caucho se instauró el comercio de esclavos campas, especialmente de mujeres y niños, que continuó hasta la quinta década de este siglo. Hacia 1920, los misioneros adventistas iniciaron un trabajo misional en la zona, siendo seguidos en 1950 por el Instituto Lingüístico de Verano. En 1965, los asháninkas, en particular los del Gran Pajonal y Satipo, se vieron envueltos en la violencia generada por los enfrentamientos entre las guerrillas del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) y el ejército peruano.

En 1974, el Estado peruano creó la Ley de Comunidades Nativas que otorgó a los grupos indígenas garantías sobre sectores del territorio tradicional. Las aldeas que habían aparecido como resultado de las etapas de contacto anteriores se acogieron a esta legislación y, bajo la presión de la colonización del territorio por los campesinos andinos, se fueron creando muchos otros asentamientos. Entre 1986 y 1996, los asháninkas se vieron involucrados en la violencia desatada, tanto por los grupos Sendero Luminoso y Movimiento Revolucionario Túpac Amaru, así como de las acciones desarrolladas por las fuerzas antisubversivas para controlar estos movimientos.

En la actualidad, las acciones de exploración de hidrocarburos en las cuencas de los ríos Ene, Tambo, Perené y Pichis representan nuevos riesgos para la sociedad asháninka.


ORGANIZACIÓN SOCIAL:

Los asháninkas presentan una regla de descendencia de tipo bilateral según la cual reconocen como cualitativamente iguales las relaciones del lado del padre como del lado de la madre. Así, en este sistema, el grupo está constituido por todas las personas con las que un individuo establece un vínculo genealógico, parentela cognática egocentrada que está constituida por la combinación de las redes de parientes del padre y de la madre del individuo.

La terminología de parentesco asháninka -como ha señalado Chevalier- corresponde a la prescriptiva de tipo dravidio, que se caracteriza principalmente por separar a los parientes en dos grandes categorías: consanguíneos y afines en las generaciones de ego -o individuo de referencia-, los padres de éste y sus hijos, para luego unir el conjunto en las generaciones de abuelos y nietos -asimilación por bifurcación. Según esta terminología se señala como matrimonio preferencial aquel con la prima cruzada -hija del hermano de la madre/hija de la hermana del padre. Sin embargo -como ha señalado Bodley- la esposa es la prima cruzada real sólo en un porcentaje mínimo de los casos registrados.

Asimismo -como señala Chevalier- si bien se dan casos de intercambio de hermanas entre dos individuos, éstos constituyen situaciones estadísticamente marginales. En este sistema, al lado de la regla matrimonial señalada, existe también otra por la cual el individuo debe "casarse lejos", es decir debe contraer matrimonio fuera del ámbito de las relaciones de consanguinidad y afinidad conocidas. El resultado de este sistema de alianzas es un espacio social extendido similar al caso matsiguenga, estudiado por Casevitz. Existe, asimismo, la regla del "servicio de la novia" (bride-service) según la cual un hombre debe quedarse a vivir en el asentamiento de su suegro por un tiempo variable que generalmente termina poco después de nacer el primer hijo. La definición posterior de la residencia, virilocal o uxorilocal, posterior a este período, se encuentra fuertemente influida por la variable del poder. Así un padre poderoso y de gran prestigio como el jefe pinkatsari, o como el shamán sheripiari o, como hasta en un pasado reciente, el guerrero ovayeri, retendrá a sus hijos en su grupo residencial. Un grupo de hermanos constituirá a menudo el núcleo de un asentamiento.


ACTIVIDADES ECONÓMICAS:

La agricultura es la principal actividad económica de los campas asháninkas, siendo los principales cultivos la yuca, el plátano, el maíz, el maní, la sachapapa, la pituca, el camote, el arroz, el frijol, los cítricos, la caña de azúcar, las piñas y los frutales.

La caza es también una actividad económica importante. La pesca se realiza con frecuencia tanto en su modalidad individual como colectiva. A fin de complementar la cantidad de proteína obtenida en estas dos últimas actividades, los asháninkas crían hoy en día aves de corral.

La agricultura comercial ha logrado un gran desarrollo en este grupo, especialmente en las comunidades localizadas en los valles de los ríos Perené y Satipo, dedicadas al cultivo del café y el achiote. En otras zonas ocupadas por los asháninkas, se producen también para el mercado los cítricos, el maíz duro y el arroz.

La ganadería, impulsada por misioneros evangélicos y el ILV, es otra actividad que ha tenido aceptación por algunas familias. Una modalidad bastante extendida de esta actividad entre los asháninkas es el sistema de tenencia al partir introducido por colonos ganaderos.

La extracción maderera con fines comerciales es también una actividad importante para este grupo, en especial en la zona del río Tambo y Alto Ucayali, la que se realiza dentro de la esfera de habilitación de los patrones. En esta zona, además, muchos asháninkas participan estacionalmente como obreros en la extracción de madera.


INFRAESTRUCTURA DE SERVICIOS:

Educación:

POBLACIÓN CENSADA DE CINCO AÑOS Y MÁS,
SEGÚN NIVEL DE EDUCACIÓN


Los datos del censo de población de 1993 señalan para los asháninkas un nivel de analfabetismo de 39% entre las personas de cinco años y más, evidenciándose una notable diferencia entre los varones (33%) y las mujeres (45%).

El nivel educativo alcanzado por esta población es bajo: 32% de quienes tienen cinco años y más no poseen nivel alguno de instrucción y para el 51% de la misma, la educación primaria -muchas veces incompleta- es el más alto grado de educación alcanzado.

Sólo 9% de la población accedió a estudios secundarios y 1% al nivel de educación superior, del cual únicamente 23% culminó sus estudios universitarios (68 personas).

De los 332 centros educativos que funcionan en las comunidades asháninkas, 73% son de nivel primario y sólo en 7% se imparte educación secundaria. En total son 575 los maestros que tienen la responsabilidad educativa en las escuelas de estas comunidades y, de ellos, sólo 232 son indígenas.

· Personal e Infraestructura de Salud:

MÉDICO/ ENFERMERA SANITARIO PROMOTOR CENTRO SALUD POSTA MÉDICA POSTA SANITARIA
15 4 244 20 54 80

· Registro civil:

TOTAL COMUNIDADES REGISTRO CIVIL
SÍ EXISTE NO EXISTE
TOTAL FUNCIONA NO FUNCIONA
306 97 75 22 9


ORGANIZACIONES INDÍGENAS:

ANAP - Apatyawaka Nampitzi Asháninka Pichis
CARE - Central Asháninka del Río Ene
CECONSEC - Central de Comunidades Nativas de la Selva Central
CONOAP - Consejo de Comunidades Nativas No matsiguenga y Asháninka de Pangoa
FECONACA - Federación de Comunidades Nativas Campa Asháninka
FECONAPI - Federación de Comunidades Asháninka de Puerto Inca
OARA - Organización Asháninka del Río Apurímac
OAGP - Organización Ashéninka del Gran Pajonal
OCARE - Organización Campa Asháninka del Río Ene
OIRA - Organización Indígena Regional de Atalaya
UNAY - Unión Nativa Ashéninka - Yanesha


SITUACIÓN DE VULNERABILIDAD:

Debido a su numerosa población, así como a su gran distribución espacial, este grupo se encuentra afectado por una diversidad de factores circundantes: colonización, narcotráfico, violencia política y reciente exploración petrolera, pudiendo considerársele en una situación de vulnerabilidad media.