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Por la irregularidad de la superficie terrestre,
las aguas que precipitan sobre ella fluyen o drenan en distintas direcciones,
siguiendo el desnivel. La región o área de drenaje en que
se recogen las aguas de lluvia y que fluyen hacia quebradas, arroyos y ríos,
y que a su vez fluyen hacia lagos o mares se conoce como cuenca. El límite
de una cuenca está definido por accidentes geográficos conocidos
como divisoria de aguas, o sea, el borde superior más allá
del cual las aguas fluyen en dirección opuesta, hacia otra cuenca.
La cuenca hidrográfica es una área de la superficie terrestre
cuyo desagüe superficial confluye en un río principal. Así
hablamos de la cuenca del río Rímac o de la cuenca del río
Amazonas. La cuenca, en estos casos, tiene subdivisiones o subcuencas. El
río Amazonas es la cuenca 1; el río Ucayali es la subcuenca
2; el río Tambo es la subcuenca 3; el río Ene es la subcuenca
4; el río Perené es la subcuenca 5; el río Paucartambo
es la subcuenca 6; el río Entaz, que pasa por Villa Rica, es la subcuenca
7, etc.
¿QUÉ
ES UNA CUENCA? |
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Una cuenca constituye un sistema
interdependiente donde lo que se hace mal o bien
en la parte superior influye forzosamente en la parte inferior
de la misma. Si en la parte superior se destruye la vegetación
y se erosionan los suelos, las aguas de la zona inferior
estarán sucias y con crecidas desastrosas. Si en
la parte superior se vierten los relaves mineros, las aguas
de la parte baja estarán contaminadas con sedimentos
y elementos tóxicos para los seres vivos.
La cuenca es un factor que se debe tener en cuenta en la
planificación del desarrollo integral de una región,
especialmente en los aspectos referentes al uso del agua
y, en general, a la explotación racional de los recursos
naturales. El equilibrio ecológico regional está
íntimamente ligado a la estabilidad de las cuencas. |
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El deterioro de las cuencas hidrográficas se ha convertido
en uno de los problemas ambientales, sociales y económicos más
importantes del mundo y de nuestro país, especialmente en la Costa,
en la Sierra y en la Selva Alta. La tala de la vegetación y la contaminación
están deteriorando el recurso agua de cuencas enteras, ocasionando
costos y pérdidas importantes en infraestructura, vidas humanas y
de inversión adicional.
Por ejemplo, en las vertientes occidentales andinas se construyen represas
para almacenar agua y abastecer a la agricultura durante las épocas
de escasez. Las represas se llenan o colmatan de sedimentos y su capacidad
de almacenamiento de agua disminuye. Este proceso es acelerado cuando en
la parte alta no se toman medidas de control de la erosión para desacelerar
el proceso de colmatación. La represa de Poechos (río Chira,
Piura) ha perdido en 17 años la cuarta parte de su capacidad de almacenamiento,
que ha disminuido de 1,000 millones de m3 a 750 millones de m3. Esto significa
que en 51 años más esa represa quedará reducida a un
inmenso pantano y con muy escasa capacidad de almacenamiento.
EN
CONCLUSIÓN |
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En consecuencia, las cuencas deben ser manejadas con alta
responsabilidad para evitar problemas graves en el presente
y en el futuro. Este manejo responsable es de especial urgencia
en aquellas áreas donde la escasez de agua es uno
de los factores limitantes, como sucede en la Costa y en
la Sierra. El manejo de una cuenca implica acciones importantes:
1. Planificar el desarrollo
con una visión integral de la cuenca, teniendo en
cuenta los impactos en todo el ámbito de la misma.
2. Tomar medidas muy estrictas
para conservar o restituir la cobertura vegetal en toda
la cuenca, pero especialmente en las partes altas, para
controlar la erosión.
3. Evitar la contaminación
de las aguas en toda la cuenca, porque implica serios problemas
para la salud de las personas y costos de la producción. |
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