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Es de interés conocer la producción de materia orgánica
de los ecosistemas o de un área determinada para un manejo adecuado
y poder regular las cosechas o el aprovechamiento de los recursos naturales
disponibles. No se puede cosechar más de lo que se produce o cazar
o pescar más de lo que produce un área determinada, de lo
contrario se estaría causando problemas en la disponibilidad de
los recursos, como la extinción o la merma de las poblaciones.
Para determinar la producción se mide la productividad,
que es la producción de materia orgánica o biomasa en un
área determinada por unidad de tiempo. En otras palabras, es la
cantidad de materia orgánica acumulada en un determinado tiempo
en un área determinada. Se suele distinguir entre productividad
primaria, secundarla y biológica.
1. La productividad primaria: Es la cantidad
de materia orgánica producida por las plantas verdes, con capacidad
de fotosíntesis u organismos autótrofos, a partir de sales
minerales, dióxido de carbono y agua, utilizando la energía
solar, en un área y tiempo determinados.
Se expresa en términos de energía acumulada (calorías/ml/día
o en calorías/ml/hora) o en términos de la materia orgánica
sintetizada (gramos/m2/día o kg/hectárea/año), que
es el método más fácil y asequible. Por ejemplo,
podemos calcular la productividad de una hectárea de alfalfa en
un año, con cuatro cortes, pesando la materia obtenida fresca o
en seco. Podríamos en determinadas regiones llegara unos 100 000
kg/ha/año en peso húmedo.
En este caso hablamos de productividad neta, donde ya se ha descontado
el consumo de energía hecho por las mismas plantas para vivir o
respirar. La productividad bruta o total engloba la totalidad de la biomasa
acumulada y la energía gastada en el metabolismo de las plantas.
2. La productividad secundaria: Es la
materia orgánica producida por los organismos consumidores o heterótrofos,
que viven de las sustancias orgánicas ya sintetizadas por las plantas,
como es el caso de los herbívoros. Por ejemplo: se puede deducir
que una hectárea de pasto ha producido 1 000 kg de vacuno/año
en ciertas condiciones, pesando la carne de los animales.
3. La productividad biológica: Es la velocidad de acrecentamiento
de la biomasa en un periodo y una superficie determinados, que puede ser
por año en una hectárea. Es la producción en pie
de un área determinada. Por ejemplo: se puede decir que la productividad
de vicuñas de una superficie de 70,000 hectáreas ha sido
de 22 000 animales, con un peso de 25 kg por animal, lo que da en total
550,000 kg, o sea, 7,8 kg/ha/año.
La productividad natural puede ser mejorada y superada con técnicas
de cultivo Intensivo, pero con frecuencia pueden producirse daños
irreparables al ecosistema. La agricultura y la ganadería modernas,
con uso de altos insumos en forma de fertilizantes, energía (maquinaria),
pesticidas (herbicidas, insecticidas, fungicidas, etc.), y variedades
mejoradas han logrado incrementar la productividad natural a niveles muy
altos.
Sin embargo, cuando el manejo de las dosis de fertilizantes y pesticidas
no es la adecuada, como la aplicación excesiva, los daños
a los suelos, a las aguas y a la salud humana pueden ser también
importantes. Por ejemplo, la aplicación del DDT ha causado y causa
graves consecuencias a la flora, la fauna y la salud de los seres humanos.
Lo mismo puede decirse de al menos una docena de otros pesticidas no degradables
o difícilmente degradables en los ecosistemas. |
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