COCAMA-COCAMILLA Familia Lingüística: Tupí-Guaraní Autodenominación: Sin autodenominación |
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DEPARTAMENTO | PROVINCIA | DISTRITO |
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LORETO | ALTO AMAZONAS | LAGUNAS |
LORETO | ALTO AMAZONAS | SANTA CRUZ |
LORETO | LORETO | NAUTA |
LORETO | LORETO | PARINARI |
LORETO | MAYNAS | PUTUMAYO |
LORETO | REQUENA | MAQUIA |
LORETO | UCAYALI | PADRE MARQUEZ |
UCAYALI | CORONEL PORTILLO | IPARIA |
UCAYALI | CORONEL PORTILLO | YARINACOCHA |
Ríos: Huallaga, Bajo Marañón, Bajo y Alto Ucayali, Amazonas y Bajo Nanay. Existe un remanente de este grupo en Colombia, aproximadamente 285 personas. Se les conoce bajo la misma denominación.
TOTAL | HOMBRES | MUJERES |
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10 705 | 5 606 | 5 099 |
Este grupo con sus 10 705 personas empadronadas constituye
4,47% del total de la población indígena censada. Se estima
que el último censo no ha levantado adecuadamente la información
poblacional para este grupo indígena, debido principalmente a la
dificultad de identificar sus asentamientos, muchos de los cuales ocultan
su verdadero origen étnico.
Los datos estimados de la población cocama-cocamilla anteriores
al censo señalaban un mínimo de 15 000 a un máximo
de 28 000 personas (Varese, 1972; Uriarte, 1976; Chirif y Mora, 1977 y
Wise y Ribeiro, 1978).
El promedio poblacional para los asentamientos de cocama-cocamillas es
de 297 personas. El índice de masculinidad es de 109,9.
El cuadro de estructura poblacional por edad y sexo muestra una población
muy joven: 51,9% es menor de 15 años. Los mayores de 64 años
constituyen 2,3% del total poblacional. La tasa bruta de mortalidad se
ubica en 9,81.
SÍNTESIS HISTÓRICA:
De acuerdo al registro arqueológico realizado por Lathrap,
los cocamas y los cocamillas se escindieron de los omaguas hacia el siglo
XIV, luego de lo cual entraron por el río Ucayali estableciéndose
en él. En 1557 fueron descubiertos por la expedición de
Juan salinas de Loyola. Hacia 1619, los cocamas -así escindidos
de los omaguas- se dividieron en dos grupos: los cocamas propiamente dichos
y los cocamillas. En 1641, estos últimos empezaron a ser evangelizados
por el P. Cueva. En 1644, sufrieron una primera epidemia y huyeron
de la misión junto con los jeberos. A pesar de su resistencia fueron
reducidos por la fuerza en un pueblo cerca del río Shichinahua
junto con los cocamas hasta 1649, en que un nuevo misionero, el P. Bartolomé
Pérez fundó el pueblo de Santa María de Huallaga
como misión cocamilla. En 1651, este misionero es reemplazado por
el P. Santa Cruz , bajo cuya dirección los cocamillas intervinieron
en la reducción de los nativos paranapura, muniche y mayoruna entre
1652 y 1653.
En ese período, se logró una situación estable en
las misiones y los cocamillas -junto con los cocamas- se encargaron del
transporte fluvial de los misioneros y de los productos de las misiones.
Sin embargo, en 1655, un ciento de cocamillas fueron reclutados para un
fallido intento de dominar por las armas a los jíbaros shuar del
río Santiago, aventura en que mueren varios, lo cual coincidirá
con una epidemia que barrió con la población del Huallaga,
matando a muchos miembros de esta étnia. Descontentos y disminuidos
en número, los cocamillas huyeron en 1662 al morir ahogado el P.
Santa Cruz, iniciándose una rebelión en la que participaron
también los cocamas y los chipeoa. El P. Maxano, por ese entonces
misionero de los cocamas, intentó reducir nuevamente a estas poblaciones
por la fuerza y, en 1663, entró a la zona con una fuerza de 200
nativos amistosos y algunos soldados españoles, haciendo ahorcar
a 10 caciques cocamas y 4 chipeos y azotando a los demás.
Hacia mayo de 1666, en respuesta a estas acciones, una armada compuesta
por cocamas, cocamillas, chipeos y maparinas dieron muerte a los padres
Figueroa y Maxano y atacaron la misión de jeberos donde mataron
también a 44 miembros de este grupo, por su participación
en el ahorcamiento de sus caciques. Ante estos hechos, en agosto de 1666,
los españoles de Borja y Moyobamba enviaron una armada de 200 nativos
y 20 españoles acompañados por el P. Lucero que entraron
en batalla matando y ahorcaron a 200 rebeldes. Muchos otros fueron llevados
a Moyobamba, siendo sometidos a juicio en Borja. Esta sería la
última gran rebelión de los cocamillas.
Luego del desastre militar, las enfermedades continuaron y en 1680 una
epidemia de viruela barrió con los cocamillas de Santa María
del Huallaga. Cuando cesó la epidemia en 1681 no quedaron suficientes
cocamillas como para fundar un pueblo, por lo que en 1682 fueron trasladados
a Lagunas donde establecieron un barrio en una misión compuesta
además por cocamas, chipeos y panos (Mapartua). Hacia 1682, las
misiones organizaron milicias nativas para contrarrestar las intrusiones
de colonos portugueses que cada año avanzaban más río
arriba para capturar esclavos.
Foto: Alonso Zarzar
En 1768, se produjo la expulsión de los jesuitas,
extinguiéndose la mayor parte de las reducciones y perdiendo los
nativos esta suerte de amortiguador de las relaciones con los españoles.
En 1777, a fin de evitar el avance portugués río arriba,
es establecido el gobierno militar de la Provincia de Mainas y es enviado
Francisco Requena como Gobernador y Jefe Militar. Bajo esta administración,
los nativos, incluidos los cocamillas, trabajaron bajo coacción
militar como esclavos de los oficiales de gobierno.
Con la Independencia del Perú, los oficiales de la Corona huyeron,
quebrándose entonces el monopolio de éstos sobre la mano
de obra nativa y empezó una competencia por su control entre autoridades
políticas, extractores y comerciantes. Así, los cocamillas
continuaron siendo canoeros, guías y guardianes de otros nativos
en expediciones en busca de oro y abastecedores de alimentos a las operaciones
extractivas en el valle del Huallaga.
En 1853, se iniciaron los proyectos de colonización de la selva
a gran escala, los que dieron origen en la zona del Huallaga al surgimiento
de haciendas. Los dueños de las mismas entregaban a los cocamillas
mercancías a cambio de su trabajo en un sistema de enganche por
endeudamiento. Al iniciarse el "boom" del caucho, la competencia
por trabajadores nativos se hizo más intensa con la aparición
de bandas armadas que capturaban a la fuerza a los nativos. Tras el "boom",
los cocamillas continuaron como peones de las haciendas produciendo barbasco
para los patrones.
En 1926, fueron introducidas escuelas en pueblos pequeños y, en
1935, las principales comunidades cocamillas ya contaban con éstas.
Tras la caída del precio del barbasco, se inició el colapso
de las haciendas y del sistema patronal. En 1968, bajo el gobierno militar,
se promovió el establecimiento de oficinas del Banco Agrario en
la región, así como la explotación petrolera. Como
resultado de ello, los cocamillas vieron incrementado su acceso al crédito
para la producción agrícola y se convirtieron temporalmente
en obreros industriales asalariados.
ORGANIZACIÓN SOCIAL:
Los cocamillas se encuentran organizados en grupos patrilineales
llamados "sangres", asociados a tótem o fundadores. Se
encuentran, sin embargo, asociados a la transmisión de apellidos
que corresponden a nombres de plantas y animales.
La terminología de parentesco de los cocamillas es de tipo iroqués
con fusión bifurcada y distinción de parientes cruzados
y paralelos. El matrimonio preferencial es entre primos cruzados bilaterales
-con la hija del hermano de la madre y la hija de la hermana del padre-
que adopta la forma de intercambio simétrico de intercambio entre
dos sangres.
ACTIVIDADES ECONÓMICAS:
En la actualidad los cocamillas trabajan en la horticultura de roza y
quema y en la pesca. Una parte importante de la economía de este
grupo es la pesca con fines comerciales. Asimismo venden varios productos,
tales como el arroz, la yuca, el plátano, el maíz y el frijol.
También se dedican a la extracción forestal de maderas finas.
La ganadería ha sido introducida hace varias décadas.
INFRAESTRUCTURA DE SERVICIOS:
Educación:
El censo de 1993, registró 33% de analfabetos entre
la población de cinco años y más, elevándose
entre las mujeres el porcentaje a 38%.
Se evidencia también la existencia de un bajo nivel de escolaridad
en la población: únicamente 12% alcanzó a efectuar
estudios secundarios y sólo 1,6% posee estudios superiores.
La educación primaria es el mayor nivel de escolaridad para 62%
de la población. En las escuelas no se imparte educación
bilingüe y 94% del personal docente (134) no es indígena.
Para el caso de las escuelas secundarias (seis) y del Instituto Agropecuario,
la totalidad de los maestros son mestizos.
Se ha observado un reducido número de docentes para los colegios
secundarios en las comunidades cocamillas, no más de tres por colegio.
· Personal e Infraestructura de Salud:
MÉDICO/ ENFERMERA | SANITARIO | PROMOTOR | CENTRO SALUD | POSTA MÉDICA | POSTA SANITARIA |
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1 | 3 | 47 | 1 | 3 | 5 |
· Registro civil:
TOTAL COMUNIDADES | REGISTRO CIVIL | |||
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SÍ EXISTE | NO EXISTE | |||
TOTAL | FUNCIONA | NO FUNCIONA | ||
36 | 25 | 22 | 3 | 10 |
ADECOP - Asociación de Desarrollo y Conservación
del Pacaya
AIDECOS - Asociación Indígena de Desarrollo y Con servación
del Samiria
FECONARINA - Federación de Comunidades Nativas del Río Nanay
FEDECOCA - Federación de Comunidades Cocamilla del Bajo Huallaga
FENACU - Federación Nativa Cocama del Ucayali
ORICOCA - Organización Regional Indígena Cocama- Cocamilla
SITUACIÓN DE VULNERABILIDAD:
Por encontrarse en un proceso de asimilación a la sociedad
regional, que ha implicado la pérdida de su idioma, y por su ubicación
en una zona -donde confluyen diversos factores de presión como la
colonización y el narcotráfico- este numeroso grupo puede
ser considerado en una situación de vulnerabilidad media.