SHIPIBO-CONIBO Familia Lingüística: Pano Autodenominación: Joni |
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DEPARTAMENTO | PROVINCIA | DISTRITO |
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HUÁNUCO | PUERTO INCA | HONORIA |
LORETO | UCAYALI | CONTAMANA |
LORETO | UCAYALI | PAMPA HERMOSA |
LORETO | UCAYALI | VARGAS GUERRA |
MADRE DE DIOS | TAMBOPATA | TAMBOPATA |
UCAYALI | CORONEL PORTILLO | CALLARIA |
UCAYALI | CORONEL PORTILLO | CAMPOVERDE |
UCAYALI | CORONEL PORTILLO | IPARIA |
UCAYALI | CORONEL PORTILLO | MASISEA |
UCAYALI | CORONEL PORTILLO | YARINACOCHA |
UCAYALI | PADRE ABAD | PADRE ABAD |
UCAYALI | ATALAYA | TAHUANIA |
Ríos: Ucayali, Pachitea, Callería, Aguaytía, Tamaya y Lago Yarinacocha.
TOTAL | HOMBRES | MUJERES |
---|---|---|
20 178 | 10 515 | 9 663 |
Con un total de 20 178 individuos censados, los shipibo-conibo
representan 8,42% de la población indígena censada. Hay
que indicar que la información censal no consigna a la población
shipibo-coniba establecida en las áreas urbanas de Pucallpa y Yarinacocha
como parte de la población total de este grupo. Cifras estimadas
consideran que al menos 600 familias shipibo-conibas en los últimos
treinta años se han trasladado de sus comunidades a estos centros
urbanos para acceder a mejores servicios educativos y de salud, así
como para buscar fuentes alternativas de ingresos monetarios.
Asimismo, la información censal ha omitido considerar un volumen
estimado entre 3000 y 4000 shipibos, de las comunidades ubicadas en la
frontera de los departamentos de Loreto y Ucayali. Si se consideraran
estas omisiones poblacionales, se estimaría una población
total para este grupo de 27 000 personas.
Los estimados poblacionales para este grupo han fluctuado en las últimas
décadas entre 11 300 personas como volumen mínimo (Wise
y Ribeiro, 1978) a 25 000 individuos, de acuerdo a las apreciaciones de
Hern (1994). De la información obtenida por Mora (1994), a partir
del análisis de la información de los centros poblados censados
en 1981, se pudo determinar un total de 16 857 shipibo-conibos censados
en aquel año, distribuidos en 95 comunidades.
La información censal más reciente revela la existencia
promedio de 174 personas por comunidad, encontrándose, sin embargo,
diferencias importantes entre las comunidades censadas. Se han reportado
23 asentamientos con más de 300 habitantes, frente a 12 que no
superan las 50 personas.
El índice de masculinidad es de 108,8 y 48,7% de la población
cuenta con menos de 15 años de edad. Sólo 1,8% superó
los 64 años de edad. La tasa bruta de mortalidad es de 21,46 por
cada 1000 habitantes.
Foto: ILV
SÍNTESIS HISTÓRICA:
Los primeros contactos con los shipibo-conibos estuvieron signados por
el rechazo violento. A mediados del siglo XVIII, misioneros jesuitas y
soldados en exploración por el Ucayali realizaron el primer contacto
con los shipibos, quienes los rechazaron con las armas. En 1660, los shipibos,
aliados con los cocamas, llevaron a cabo un ataque a la misión
jesuita del Huallaga. En 1670, un nuevo ataque realizado por los setebos
y callisecas a la misión de Panatahua incluyó a los shipibos.
Es sólo en 1680 que los jesuitas lograron establecer una misión
entre los shipibos en competencia con los franciscanos, quienes también
trataron de lograr este objetivo. Sin embargo, muy pronto se produjeron
epidemias. A ello se sumó la muerte de cientos de guerreros conibos
llevados por el P. Richter en una expedición contra los jíbara
en la zona del Marañón. Como consecuencia de ello, entre
1695 y 1698, los shipibos se sublevaron atraídos por los conibos
y los setebos para repeler las fuerzas punitivas enviadas contra ellos.
Sólo hacia 1755, son reiniciadas las misiones con estos grupos
Pano, esta vez a cargo de los franciscanos.
Tras cuatro intentos frustrados entre 1755 y 1759, los misioneros lograron
en 1760 establecer contacto con los setebos, fundando entre ellos un primer
puesto misional. Poco después se desarrolló una epidemia
en dicho pueblo, produciéndose la muerte de muchos. A pesar de
la oposición de los setebos, en 1765 los franciscanos fundaron
tres misiones entre los shipibos. En ese entonces, los setebos eran enemigos
de los shipibos quienes los habían arrojado fuera de las ricas
tierras del llano inundable. Poco después, los conibos solicitaron
la presencia de los misioneros, lo que fue mal visto por los shipibos,
quienes, enemigos tradicionales de éstos, temían perder
el monopolio al acceso a las herramientas que llevaban los misioneros
a los nativos.
Al producirse nuevas epidemias en las recién fundadas misiones,
los setebos, los conibos y los shipibos se sobrepusieron a sus enemistades
tradicionales y lograron ponerse de acuerdo para rechazar a los misioneros
bajo la dirección del líder Setebo Runcato, matando a 4
soldados, 15 franciscanos y más de 20 auxiliares indígenas.
Luego, los sublevados realizaron incursiones al Alto Amazonas, Marañón
y Huallaga.
Foto: ILV
Los franciscanos retornan en 1790, veinticinco años
después de producida la rebelión, cumpliendo su labor misional
de manera intermitente hasta 1824, fecha de la Independencia bajo el gobierno
de Bolívar, en que los misioneros españoles son retirados.
Sin embargo, a través de la actividad del P. Plaza en la misión
de Sarayacu en el Alto Ucayali, los Pano mantuvieron su relación
con los religiosos.
En este período se inició a una fusión de los setebos,
conibos y shipibos, proceso que terminó a mediados del siglo XX.
Durante el período del caucho -a fines del siglo XIX- los shipibo-conibos
se pondrán a las órdenes de los patrones caucheros para
la caza de esclavos entre otros grupos indígenas fuera de la planicie
inundable del Ucayali, como los amahuacas, los campas asháninkas,
matsiguengas, entre otros, a cambio de bienes manufacturados. Al finalizar
el "boom" del caucho pasaron a trabajar en las haciendas establecidas
por los antiguos patrones caucheros.
En 1930, los primeros misioneros protestantes se instalaron en territorio
shipibo. Posteriormente, son establecidas las primeras escuelas bilingües
alrededor de las cuales la población shipibo-coniba se reúne,
dando origen a lo que luego serían las primeras comunidades nativas.
El proceso de urbanización de Pucallpa, acelerado desde mediados
de la sexta década supuso un fuerte impacto sobre la sociedad shipiba;
un importante número de familias se establecieron en la periferia
de dicha ciudad y en los alrededores del vecino pueblo de Yarinacocha,
en busca de nuevas opciones para mejorar sus niveles de educación
y acceder a los servicios de salud. En la actualidad, son cientos de familias
indígenas que se han establecido en el ámbito urbano aunque
sin perder su vinculación con sus comunidades de origen.
Al igual que en el caso de otros grupos indígenas, la constitución
de sus organismos representativos, federaciones y otras formas de organización
política, han tenido singular importancia para los shipibo-conibos
como mecanismo de negociación con el Estado y de reivindicación
de su propia identidad.
ORGANIZACIÓN SOCIAL:
Según Eakin, Lauriault y Boonstra (1980), los shipibo-conibos
estuvieron antiguamente organizados en cinco clanes patrilineales. Hoy
en día se encuentran organizados según un modelo de familia
extensa matrilocal. La terminología de parentesco es según
estos autores de tipo hawaiano.
Foto: ILV
El grupo de incesto en este sistema se extiende a todos
los descendientes de un individuo hasta la séptima generación.
La regla de residencia post-matrimonial es matrilocal.
ACTIVIDADES ECONÓMICAS:
Además de la horticultura de roza y quema destinada a la subsistencia,
la caza, la pesca -actividad de gran importancia para la economía
doméstica- y la crianza de aves de corral y animales menores, los
shipibos practican la agricultura comercial. La producción agrícola
destinada al mercado (arroz, maíz, plátano y maní)
se vende a los regatones o es comercializada directamente en los centros
poblados de Contamana, Masisea, Iparía o en la ciudad de Pucallpa.
La extracción comercial de la madera es también un rubro
importante en la economía de este grupo, la que es entregada a
los habilitadores o colocada directamente en los aserraderos.
Aspecto importante de la producción destinada al mercado es la
artesanía, constituida por tejidos, cerámica pintada, estatuillas
de madera y adornos corporales, fabricada incluso en talleres artesanales
organizados.
Es necesario señalar que un sector creciente de la población
shipiba viene integrándose al ambiente urbano de la ciudad de Pucallpa
y al poblado de Yarinacocha cercano a dicha ciudad.
Foto: ILV
Dicha población desarrolla actividades económicas
propias del medio urbano, diferentes a las del resto del grupo -venta
de su fuerza de trabajo como peones agrícolas o de aserraderos,
cargadores, etc.- en tanto que las mujeres dedican gran parte de su tiempo
a la confección y venta de artesanías.
En los últimos años ha proliferado también la constitución
de pequeños proyectos de desarrollo, revalorización cultural,
etc., organizados por los shipibos residentes en Pucallpa y Yarinacocha,
como opciones para la obtención de recursos, vía donaciones,
que les permitan sobrevivir en la ciudad y construir un nuevo proceso
de respaldo a su propia identidad.
INFRAESTRUCTURA DE SERVICIOS:
Educación:
Esta población registra 27% de analfabetismo entre
las personas de cinco años y más. Los niveles de escolaridad
indican que 16% de esta población no posee ningún nivel
de instrucción, en tanto que para 57% la educación primaria
representa el nivel más alto alcanzado: 17% ha accedido a la educación
secundaria, siendo uno de los porcentajes más altos entre los pueblos
indígenas de nuestra Amazonia.
La educación superior es una opción a la que accede un sector
minoritario de la población, sólo 3% de la misma y dentro
de éste únicamente 28% logra culminar sus estudios superiores.
La infraestructura educativa y el número de docentes es significativa:
194 centros educativos (49 de educación inicial, 110 de educación
primaria, 34 de educación secundaria y 1 instituto agropecuario)
funcionan en las comunidades, dando ocupación a 506 maestros, de
los cuales 310 son indígenas. El 65% de los maestros que imparten
instrucción secundaria son mestizos, así como la totalidad
de los que enseñan en el instituto agropecuario.
La información censal no brinda información sobre la población
shipibo-coniba que habita en las áreas urbanas de Pucallpa y Yarinacocha
y que cuenta con mayor nivel de instrucción que el promedio de
las personas que viven en las comunidades.
· Personal e Infraestructura de Salud:
MÉDICO/ ENFERMERA | SANITARIO | PROMOTOR | CENTRO SALUD | POSTA MÉDICA | POSTA SANITARIA |
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10 | 20 | 103 | 2 | 17 | 42 |
· Registro civil:
TOTAL COMUNIDADES | REGISTRO CIVIL | |||
---|---|---|---|---|
SÍ EXISTE | NO EXISTE | |||
TOTAL | FUNCIONA | NO FUNCIONA | ||
116 | 40 | 40 | - | 75 |
FECONAU - Federación de Comunidades Nativas del
Ucayali
FECONBU - Federación de Comunidades Nativas del Bajo Ucayali
ORDECONADIP - Organización de Comunidades Nativas del Distrito
de Iparía
ORDESH - Organismo de Desarrollo Shipibo
OIRA - Organización Indígena Regional Atalaya
SITUACIÓN DE VULNERABILIDAD:
Este numeroso grupo se encuentra en un área caracterizada
por una gran diversidad de factores exógenos de presión:
expansión urbana e industrial, exploración y explotación
de hidrocarburos, narcotráfico y colonización, pudiendo
ser considerada en situación de vulnerabilidad media.