ORIGEN DE LAS LOMAS COSTERAS
"A estos
cerros que con las garúas se riegan llamamos en este reino lomas,
y al mismo tiempo en que cae este rocío decimos tiempo de lomas,
porque en él se visten de yerba y crían abundantes pastos"...
(Bernabé Cobo, 1653)
El botánico Augusto Weberbauer sostiene que "la costa peruana
se caracteriza por su vegetación de lomas, la cual desarrolla
por influencia de neblinas y garúas invernales, y se seca al iniciar
el verano. Esta vegetación vive en un entorno fresco
y húmedo, donde el verde intenso de las plantas contrasta con el
pálido desierto".
Y añade: "las lomas y sus alrededores muestran interesantes
fenómenos de gradación climática: primero apreciamos el desierto
exento de vegetación, luego atravesamos extensos tilandsiales, los
cuales desaparecen y dan paso a las plantas verdes, y mientras ascendemos
a los cerros empezamos a ver arbustos y árboles".
Se puede decir que las lomas son laboratorios naturales donde conviven
gran cantidad de especies de flora y fauna. Éstas se originan por
la neblina que atrapan los cerros aledaños al mar, provocando una
fina garúa que permite el crecimiento estacional de diversas especies
de flora, las cuales han desarrollado condiciones adaptivas a la
alta temperatura del verano y la extrema sequedad del suelo.
El profesor Ramón Ferreyra afirma que "los antiguos peruanos
aprovecharon la época de lomas para cultivar alimentos, cosechándolos
al finalizar el período de garúas. La abundancia de pastos naturales
en las lomas era motivo para que los pobladores del Ande intercambiaran
sus productos por bienes propios de la costa".
El naturalista Charles Darwin arribó a El Callao a bordo
del navío Beagle en 1835, y entre el 19 de julio y el 7 de
setiembre de ese año recorrió las lomas cercanas a
Lima y visitó la isla San Lorenzo. Hoy se recuerda en todo
el mundo los 200 años de su nacimiento y los 150 años
de su Teoría de la Evolución de las Especies.
La importancia de las lomas radica en el potencial que tienen para
albergar una rica y variada vida silvestre... ¡todos debemos procurar
su conservación!
|